Monday, November 5, 2012

Carta del P. Fernando Torre, MSpS -- Superior General

P. Domenico Di Raimondo, Superior Provincial,
y demás MSpS de la Provincia Cristo Sacerdote
Queridos hermanos:
Que Jesucristo, el Resucitado, los llene de fortaleza, paz y esperanza.
Con profundo dolor recibí la noticia de la muerte de nuestro querido hermano Robín Bernabé del Rosario, msps, acaecida hace dos días, en Oregon. Hermanos, siéntanme cercano a ustedes en estos momentos, lo mismo que a la mamá y demás familiares de Robin. Me solidarizo con ustedes, comparto su tristeza, su dolor, su desconcierto.
El día 2 me encontraba en Guadalajara, con los formadores de la Provincia Félix de Jesús. Con ellos y con los miembros del Consejo Provincial, en la eucaristía del sábado 3, elevamos a Dios «una oración de alabanza y acción de gracias» (CD 143.4), por la obra de transformación en Jesucristo que el Espíritu Santo había realizado en Robin y por todo lo que, a través de Robin, el mismo Espíritu hizo en favor de la Congregación y de la Iglesia.
El P. Armando Moreno, msps, que fue formador de Robin en el Segundo Noviciado, nos compartió algo del perfil humano y espiritual de Robin, así como la decisión que éste había tomado de seguir a Jesucristo como Misionero del Espíritu Santo para siempre.
Los integrantes del Consejo General y los demás los miembros de la Congregación nos hemos sentido impresionados por la manera trágica e intempestiva de la pascua de Robin. A pesar de esto, también experimentamos el consuelo de saber que un hermano nuestro perseveró en la Congregación hasta la muerte, y que ahora forma parte de la comunidad de la Casa del Padre, en la que se encuentran Nuestra Madre Conchita, Nuestro Padre Félix y los demás Misioneros del Espíritu Santo que ya culminaron su misión en esta tierra.
Pido a nuestro Dios-Trinidad que este doloroso acontecimiento sea para ustedes, en especial para los formandos, una llamada a la conversión y que les dé un nuevo impulso para una pastoral vocacional más decidida y creativa. Y le pido a Robin, primer filipino y asiático que persevera hasta la muerte, que desde el cielo abra caminos para que –pronto, o cuando Dios quiera–la Espiritualidad de la Cruz y la Congregación se extiendan entre los pueblos de ese continente.
Les recuerdo lo que nuestras Constituciones nos dicen al hablar de nuestros hermanos difuntos: «Los recordaremos con afecto, conservaremos vivos sus buenos ejemplos y les permaneceremos agradecidos por todo lo que hicieron en bien del Instituto» (CD 145). Así lo haremos.
Dome, te pido que hagas llegar mis condolencias y mi oración a la mamá de Robin y a sus demás familiares.
Que María, nuestra buena madre, que en la agonía y muerte de su Hijo estuvo con él, al pie de la cruz, esté también con ustedes, al pie de esta dolorosa y pesada cruz provincial y congregacional.
Un fuerte abrazo a cada uno y mi oración. Su hermano y servidor:
Fernando Torre, msps.
Superior General
4 de noviembre de 2012